Fue un amor a primera vista, sin premeditación, natural, como fluyen las grandes historias de amor, yo tenía una cena de amigos y él acababa de entrar en la sala. Todo ocurrió de una forma inesperada, un tropezón del camarero, un momento de duda y la suerte que siempre influye y sin que nadie pudiera evitarlo se cayó sobre mí, de una forma acompasada y firme, en ese pequeño instante que hay entre la bandeja y la boca, boca que lo reprobó y compartió con sus amigos, un amor a primera vista, una unión que aun continúa… Pa amb tomaquet, quién lo hubiera dicho.
Espartano
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