Puesto que mi familia es notable en la isla, el comisario decidió realizarlo en mi domicilio. Acudió acompañado de un teniente y un número de la Guardia Civil y me propuso que habláramos mientras hacíamos la colación. Mi pequeña satisfacción personal quedó realizada al encargar el menú:
Endivias con chantilly a la naranja. Pâté de lentejas. Champiñones frescos con vinagreta sazonada en hierbas provenzales. Alcachofas a la naranja rellenas de verdura, acompañadas con arroz y salsa de champiñones. Higos de Ibiza con queso fresco. Vino de zanahoria. Café y greixonera.
Sólo el comisario y yo probamos el menú. El teniente, cabreado, se limitó a mordisquear el queso y los higos. El número, muy en su papel, no abrió la boca en todo el yantar, aunque a veces se le escuchaba mascullar por lo bajo:
— Mariconadas, mi teniente. Todas estas virguerías son mariconadas.
Juan José Coronado
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