Suena amargo el piano…, o es que quizás he confundido el sonido de las notas con el del té verde con jazmín.
Todo era muy confuso…, hasta que probé el pastel de «fruta de la pasión y pistacho».
¡Quién quiere volver a lo amargo, cuando la repostería suena como guantanamera al piano! ¡se pidió otro de «pasión y avellana»!
Maria Josep Tost
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