Llegó tarde a la estación, esperaba el siguiente tren como si nada más existiera. Quería alejarse rápido de aquella maldita ciudad y del sueño irrealizable que tú habías representado. Tenía que aceptar cómo le habías enredado en toda aquella maraña de mentiras. Y él, ingenuo, te había creído. Salió al andén, paseando arriba y abajo sin alzar la cabeza del suelo. Se le veía ensimismado en sus pensamientos. En la cartera, bien sujeta en su mano, guardaba las pruebas que te comprometían. Iba a … [Read more...]
26. El confidente
Por el móvil un confidente le había dicho al inspector que le esperaría en el quiosco de la plaza para informarle del asunto de tráfico de drogas, y que llevaría el cuello de la gabardina alzado y las manos en los bolsillos. Hacía frío y la lluvia había encharolado las calles. El inspector se encaminaba a su casa donde le esperaba su hijo pequeño para acabar el puzzle de Nueva York. Como la plaza le caía de paso, mataría dos pájaros de un tiro. Al entrar en ella, descubrió, arrimado al quiosco, … [Read more...]
25. Bala Perdida
Todo ocurrió en un instante. Desde el momento en que la vio supo que nunca podría quitársela de la cabeza. Era preciosa, siseante y firme de carnes y tenía el cutis más fino que jamás había visto. La perdió de vista por un segundo, aunque se situó de nuevo en su campo visual veloz como un rayo. - No me iré de aquí hasta que me digas tu nombre y dónde te alojas, muñeca- dijo él, arropándola con la voz más redonda y sedosa que encontró, rebuscando entre sus cuerdas vocales. - Me llamo … [Read more...]
24. Desamor Propio
Aquella mano helada calculó el momento idóneo para rescatar la cabeza de Bill de las profundidades del río Aqueronte para que aún pudiera confesar sus vergüenzas, antes de su cita con el perro Cervero. Una vez hubo absorbido el penúltimo estertor que le resbalaba por la mejilla disuelto en baba y pánico, acertó a vomitar su súplica: - ¡Lo juro!, ¡No fui yo quién te arruinó la vida! No hubo réplica. La mano, férrea, se cernió sobre el cuello de Bill disminuyendo la sección de su laringe, … [Read more...]
23. Herida
Por favor, sea breve, rogó el papel con los ojos en blanco. El "escritor", blandiendo el cuchillo, apuñalaba uno por uno a los puntos, las comas, comillas y paréntesis del relato, que se retorcía (de dolor) cada vez más. Exento de signos de puntuacion el relato suplicante dejo escapar un ultimo suspiro de retorica cuando la afilada hoja del cuchillo hendio la hoja abriendo Herida de nuevo -Por favor... -Se abre ¿ve? Adrián Ramos Alba … [Read more...]
22. Juevescidio
Domingo me lo contó todo. Había escuchado cómo Lunes le decía a Miércoles que Viernes planeaba quitarme de en medio esta madrugada. Nadie notará la diferencia. Después de todo, qué importa un día más o un día menos. Solo un milagro me puede salvar, lo sé, y lo único que me queda es morir con dignidad a manos de este día despiadado. Pero déjenme decirles algo que todos ustedes deberían saber: quien se hace llamar Viernes es un impostor. Viernes es Lunes disfrazado de payaso esperándoles a la … [Read more...]
21. Epidermis
Académicamente soy una persona o cosa fea que causa espanto. Cinematográficamente, un hombre elefante, un fantasma de la ópera. Hablemos claro soy un monstruo. Una enfermedad en la piel desfigura mi cuerpo, mi cara. Mi espíritu. Desconozco la electricidad de una sabia caricia, el roce de una piel ardiente, el encuentro de unos dedos trémulos, el hambre de unos labios ávidos, la humedad de una boca pródiga. Deslizo pétalos aterciopelados por las areolas de mis pechos ásperos, escamosos. Y … [Read more...]
20. El Coleccionista
Era él un enamorado del género, un auténtico friki. Su biblioteca, llena de detectives decadentes y gangsters despiadados, asombraba a cualquier visitante. Tanta muerte había entre aquellos libros, que el olor a sangre envolvía sus abarrotadas estanterías. Aquel policía frustrado disfrutaba leyendo aquellas novelas, y hubiera dado la vida por poder trasladarse a los bajos fondos a buscar crímenes sin resolver. La imaginación le llevaba allí donde su discapacidad física le ataba a un mundo … [Read more...]
19. En busca de las musas
Una cálida humedad empapaba sus pantalones. El cuerpo lánguido sobre el suyo tiritaba agónicamente. Su mano contenía, a duras penas, la hemorragia del abdomen de Agnes. La escasa luz de la luna suponía una vaga compañía. Los ojos de Agnes reflejaban el terror que invadía sus sentidos. Ya no le quedaban fuerzas para luchar. La vida se le había deslizado por la herida, formando un charco de muerte inminente. Su respiración se había tornado veloz y superficial. El brillo natural había abandonado … [Read more...]
18. Lluvia
La lluvia era una masa negra y susurrante salvo en el haz de luz de los faros, donde se volvía siembra de oro líquido. Surgió de la noche bajo un paraguas rojo, vestida y maquillada para su cita galante. Cuando abrí la ventanilla, me tiró el maletín a la cara. -Si vuelvo a verte, haré cierta llamada y sufrirás un desgraciado accidente. -¿Te llevo a algún sitio? -Vete a la mierda. La pobre no había entendido nada, seguía convencida de que era un chantaje. El dinero del maletín era el … [Read more...]