Le había prometido que íbamos a celebrar una cena romántica para celebrar nuestro 25 aniversario. La planifiqué a fondo. Contraté la cena en un hotel carísimo y muy romántico. Allí podríamos bailar en su exclusivo club, para terminar la velada con una noche apasionada en una de sus maravillosas suites. Le encargué al maître que nos reservara la mesa del rincón para hablar tranquilamente de nuestras cosas mientras degustábamos la sopa de mariscos, el sabroso solomillo, una gran variedad de … [Read more...]
21. Amor frustrado
La veía cocinar con su mandil limpio y planchado; ello era para mí un gozo inusitado, y, al instante, decidí que digna era de amar. Pero ¡hay qué desilusión! algo la salpicó que el mandil manchó, y mi pensamiento cambió. César Riera Montes … [Read more...]
20. Concurso de restauradores
Algunos no pueden controlar el llanto, mientras sus anhelos navegan por los fogones. Otros se frotan los enrojecidos ojos con la voluntad hundida en el oscuro cieno de la duda. Todos parecen sumergirse en las lágrimas que se despeñan por sus rostros, y notan que sus voces opacas y temblorosas se evaporan entre pucheros. Le temen, y él siente la amenaza insidiosa de sus húmedas miradas, la envidia agazapada a la sombra de su presagiado triunfo. Intentan batirle, mientras dedica el aleteo de sus … [Read more...]
19. La vieja chimenea
En esta chimenea que antaño sirvió para cocinar, calentarse y contar cuentos de brujas en invierno, viven extraños seres de madera que recuerdan cuerpos calcinados bajo lavas de volcanes. Retorcidos e inmóviles entre los rescoldos del mágico lugar, en realidad sólo están dormidos y, cuando se avive el fuego y despierten, se pondrán a usar diligentemente los cucharones y los cacillos, las negras botellas acicaladas con redecillas y los fuelles aventadores. Lentamente, cuando los familiares … [Read more...]
18. Nacido para comer
Comí,comí y comí; hasta que reventé, reventé y reventé. Comeré, comeré y comeré; hasta que reventaré, reventa- ré y reventaré. Esta es la historia de mi vida. César Riera Montes … [Read more...]
17. Y no lo sabía…
No pudo más que soñar entre fogones puesto que era lo único que conocía y lo único que quiso conocer. Pensó que sus ganas de soñar se habían diluido como se diluye el humo que produce un puchero en su punto más álgido de ebullición; quería ser alguien. Su mayor maldición era ser cocinero a la vez que su mayor frustración era que no le dejaran serlo. Hablaba el idioma de las legumbres, de carnes, verduras, especias y pescados; era habitual verlo bailar un tango con una merluza en la cocina; ¡era … [Read more...]
16. ¿Hoy salimos?
Me despierto de repente, y miro hacia el sol que acaba de salir en el horizonte. Es temprano lo sé, pero ya no puedo dormir más. Sé que me espera otro día, magnífico y diferente a los días anteriores. Cada día a la misma hora, me vienen a buscar. ¿Qué me traerán? ¿Cuál será la sorpresa? ¿Iremos antes a dar un paseo o me dejarán degustar ese magnífico manjar que ya me está cansando? Qué decepción, al no recibir nada nuevo. ¿Por qué no me dan nada nuevo? ¿Por qué unas veces sí y otras no? Me … [Read more...]
15. Mientras duermen las lentejas
Me invitó a comer a su casa. Me sirvió unas lentejas sabrosísimas (nunca mi madre las había preparado tan bien). Desde entonces me enamoré de ella. Nos casamos y... ¿a qué no sabéis cuál fue el primer plato de nuestro banquete de boda? César Riera Montes … [Read more...]
14. Gastronomía deleznable
Quisimos hacer del paseo el preludio de un fulgor vital radiante. Al borde del mar, ella y yo susurrábamos el plan mientras los dos nos miraban, arrebolados. Al llegar a casa, les engañó entre juegos hasta que la mesa estuvo dispuesta. Coloqué sus raciones, los cuencos de agua, los almohadones, y Berta y yo nos dispusimos a cenar en la cocina ¡Bendito pan de molde!. Salvador Caballero … [Read more...]
13. El volcán
Cogió la harina con las dos manos, no se llevan blancas, eso no mancha, pero da igual. Como estaba en paro, hizo un volcán con la harina de sus sentimientos y, con las lágrimas llenó el agujero de la cima. Fue mezclando todo su dolor con la blancura y la mezcla resultó; una masa de los huevos muy flojos, la mantequilla expectante, un poco de mala leche, agua de esperanza, azúcar de buena voluntad y sal inquieta. Cuando su familia entró en la cocina había un abrazo en cada plato y nadie preguntó … [Read more...]