Desde la planta treinta y dos del edificio estaba el bar lounge del hotel. El pianista tocaba “Let´s do it” de Cole Porter.
Las vistas de la ciudad eran fantásticos. Un hermoso lugar para hacerlo, se dijo. Esperó más tarde, cuando la ciudad empezaba a mostrar la plenitud de sus luces a medida que el sol se escondía entre los rascacielos: Las sombras y las penumbras que creaba la noche ayudaban a ocultar sus intenciones.
-¿Qué va a tomar?
– Una copa de vino tinto, gracias
La mano donde tenía la píldora le temblaba, el corazón golpeaba el pecho, excitado y atormentado a la vez. Tomó un sorbo de vino y se puso la píldora en la boca. Antes de morderla miró el horizonte y se preguntó quién, en aquella ciudad, se acordaría de ella.
El pianista aún tocaba “Lest´s do it” cuando mordió la píldora de cianuro.
Oscar Luque
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